domingo, 30 de enero de 2011

Beneficios de la actividad física en la salud mental


La actividad física planificada puede beneficiar a quien la practica también en su salud mental, entendiéndola como un estado de ánimo positivo, bienestar general y síntomas poco frecuentes de ansiedad y depresión. Veamos algunos de estos beneficios:
  • Aumenta los niveles de neurotrofinas (sustancias que necesita el cerebro para mantenerse sano, que lo hace disponer de neuronas efectivas y activas). Esto ayuda a prevenir, entre otras enfermedades, la depresión.
  • Favorece la autoconfianza.
  • Libera las tensiones. 
  • Incrementa los niveles de energía y la resistencia mental.
  • Mejora: la estabilidad emocional; el funcionamiento intelectual; el rendimiento académico, laboral y sexual.
  • Disminuyen los niveles de ansiedad y estrés. Como consecuencia, el sueño se verá beneficiado: el descanso podrá ser reparador.
  • Mejora la imagen corporal.
  • Se fomentan las relaciones sociales, la interacción con otros.
  • Colabora en la disminución de las conductas adictivas, algunas cefaleas y el aislamiento social.
Para finalizar, tengamos en cuenta que cuando la actividad física se vuelve un hábito, estas mejorías tienden a mantenerse en el tiempo, beneficiando así la calidad de vida.

¿Te parecen pocos motivos para empezar a moverte?
¡Adelante!

domingo, 16 de enero de 2011

Obesidad: “La epidemia del siglo XXI”


La obesidad es uno de los problemas más frecuentes de la Salud Pública. La Organización Mundial de la Salud la ha definido como “LA EPIDEMIA DEL SIGLO XXI”. Y concluye que:


  1. Es una enfermedad crónica mundial de alto costo que disminuye las expectativas y calidad de vida de la población de todas las edades.
  2. Afecta al individuo repercutiendo sobre la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto.
  3. Los mayores desencadenantes de la obesidad son la alimentación inadecuada y la disminución de la actividad física.
  4. Al padecimiento físico y psicológico individual se le suman las cargas económicas y sociales por menor rendimiento laboral.
Es muy importante reconocer a la obesidad como una enfermedad e implementar programas de detección, educación, prevención y tratamiento.
Por su complejidad, debe ser abordada por equipos interdisciplinarios de profesionales (médico, nutricionista, psicólogo, profesor de educación física).
Tengamos en cuenta que la transmisión de hábitos alimentarios (buenos o malos) comienza en el ámbito familiar.