Para comenzar con un “estilo de vida saludable”, una posibilidad es recurrir a un profesional de la salud, como por ejemplo: médico, nutricionista, psicólogo, preferentemente especializados en Deportología, que nos puedan orientar en la prescripción de las acciones a seguir para lograr este objetivo, que serán adecuadas a cada persona. Hay tres puntos básicos que permiten adquirir un estilo de vida saludable:
1) Una alimentación equilibrada
2) La realización de actividad física o deporte (ausencia de sedentarismo)
3) Evitar hábitos perjudiciales como tabaco, alcohol y drogas
Alimentación equilibrada
Siempre dependerá en primer lugar del momento biológico, el sexo, el tipo de actividad desarrollada (escuela, trabajo, deporte, etc.); también de los gustos, hábitos y situación socioeconómica del individuo. Además, no podemos dejar de lado que existen diferentes patologías, como: celiaquía, diabetes, hipertensión, etc., que requieren una base alimentaria estricta en algunos casos donde este factor será prioritario al momento de planificar la dieta.
Ausencia de sedentarismo
Al equilibrio en la alimentación le tenemos que agregar su complemento: la actividad física. Ésta dependerá también de: la alimentación, la etapa evolutiva que se transita, si existe o no una patología de base, las preferencias del individuo, etc. En términos generales, cualquier persona puede realizar actividad física. Desde lo más simple: caminar, limpiar la casa, lavar el auto, subir escaleras, andar en bicicleta, por ejemplo. Hasta actividades regladas como son los deportes. Hay que tener en cuenta la frecuencia, intensidad, capacidades y tipo de ejercicio, de acuerdo a las características individuales.
Conductas en exceso
Por último, los “malos hábitos” como fumar y beber alcohol en exceso, entre otras conductas perjudiciales, pueden ser evitadas para lograr adoptar en serio un estilo de vida saludable.
Te invitamos a dejar las excusas y comenzar … hoy!
Lic. Mariana González
Lic. Lorena Fariña
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